REHACERSE ANTE LA CRISIS, RESILIENCIA POST-MIGRATORIA

Nadie puede negar que vivimos en una era cada vez más compleja. En este sentido, diferentes flagelos que agobian nuestra sociedad, nos hacen actuar de distintos modos y tomar decisiones de vida que muchas veces nos generan sentimientos muy encontrados. La ansiedad, la depresión, la angustia permanente e incluso el suicidio, forman parte del lenguaje cotidiano en nuestro entorno.

Situaciones violentas, secuestros, fenómenos naturales, problemas personales, dificultades de salud física o mental, contrariedades políticas o religiosas, entre otras, pueden poner a prueba hasta el ser humano más sano desde salud mental, conllevando a éste, a la decisión de dejarlo todo para empezar desde cero en un lugar incierto.

En el marco de esas realidades, una de las decisiones de vida que se nos presenta, es la de emigrar, siendo ella una posibilidad que puede generar un duelo importante y tan agobiante, que la persona no logra ver lo positivo que podría significar ese cambio. Irse, implica muchas veces una profunda herida por todo lo que se tiene que dejar en tanto afectivo como material.

A pesar de lo planteado, podemos encontrar en algunos escenarios, cómo las personas, tienen la capacidad de sonreír, de salir adelante e inclusive, ser grandes referentes de lucha, de superación y de perseverancia, siendo sin duda, factor de motivación para seguir adelante.

A todo esto, se le llama Resiliencia, la cual está considerada actualmente como un componente de la salud mental, cuya función es desarrollar la capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido y transformado por las experiencias de la adversidad.

Entonces, es allí donde el ser humano debe mirar hacia él, para buscar dentro de sí, esas herramientas para lograr su estabilidad emocional y empezar a apropiarse de la nueva etapa, pudiendo ser así una persona motivada y transformadora, definitivamente, significa un proceso y sin proceso, no hay transformación.

M.Sc. Lisett Santos

02-09-2019

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