Llevo casi dos años impartiendo clases de yoga a domicilio a diferentes personas, lo que ha permitido adaptar la práctica de yoga a las diferentes necesidades de cada cuerpo, es decir respetando siempre cada ritmo y priorizando por sobretodo la salud de cada uno.
Las clases son de una hora, en la que hacemos un saludo, luego calentamos el cuerpo con algunos estiramientos y poco a poco la clase se va transformando de una forma dinámica y entretenida mediante diferentes asanas (posturas) y movimientos corporales. La clase termina con una relajación , por lo tanto la sensación post práctica es muy satisfactoria y los resultados a nivel físico, mental y emocional se pueden apreciar en poco tiempo.
Los alumnos que han asistido a estas clases hacen saber que están más felices, con más energía, que duermen mejor, han mejorado su postura y el estrés se ha reducido mucho en su día a día.
Me encanta ver los efectos de yoga en cada uno y cómo cada alumno se encuentra con la experiencia. Mi labor como profesora es acercar las técnicas del yoga para el bienestar de la comunidad, es lo que más me apasiona.