Vicente Rodríguez Cortez

En estas clases particulares son para todos los que han soñado con expresarse de forma artística, no importa si eres principiante o ya tienes experiencia, lo más importante es la motivación.Lo primero es generar un ambiente de taller, lo que se caracteriza por la retroalimentación, la comunicación y el trabajo, en este contexto se prepara un buen terreno para discutir, descubrir y hacer sólidos los conceptos y los cimientos teóricos del proyecto artístico del alumno o alumna. En esta misma atmósfera de taller comienza el trabajo, de inmediato se emprende un viaje a lo inhóspito donde el artista se enfrenta a los aspectos técnicos que sortearemos juntos con practica, concejos y aprendiendo viejas artimañas del arte.
El método es descubrir los reales intereses y motivaciones para enfrentarlos estéticamente de inmediato, exprimiendo todos los aprendizajes posibles que el proceso pueda ofrecer.
Esta es la forma que más me ha enriquecido a mi como artista desde mis tiempos como estudiante en la facultad de arte de la universidad Finis Terrae, cuando profesores y compañeros compartíamos reflexiones estéticas, sensoriales, técnicas y teóricas; en paralelo con el arduo trabajo y la práctica.
De esta manera he planteado los diversos talleres y clases particulares, lo que ha aportado no solo con conocimiento y oficio a los alumnos y alumnas, si no que han generado algo imprescindible para un artista, que es ese ojo obsesionado con ir más allá, por cuestionarse la esencia del arte y usar el arte como una herramienta para plantearse a sí mismo al mundo.