María José Fuentes Beltrand

La metodología que implemento se fundamenta en un enfoque flexible y adaptativo, donde cada estudiante recibe un tratamiento pedagógico acorde a su perfil único. Tras un diagnóstico inicial que identifica fortalezas, áreas de mejora y motivaciones, diseño estrategias que integran sus intereses personales con los objetivos académicos. Por ejemplo, si un estudiante muestra dificultades en comprensión lectora pero disfruta de la narrativa audiovisual, incorporo actividades que vinculen ambos elementos, como análisis de guiones o creación de historias cortas, lo que permite que sea un espacio que no genere un estrés si no disfrutar mientras refuerza sus contenidos.

Las clases se estructuran con semanas de antelación, priorizando contenidos que conecten con el desarrollo integral del estudiante. Para ello, elaboro materiales específicos: desde guías interactivas con ejercicios diferenciados hasta proyectos colaborativos que refuercen habilidades transversales (pensamiento crítico, comEsta metodología no solo busca resultados académicos inmediatos, sino construir una base sólida para el aprendizaje continuo. Al vincular contenidos con experiencias significativas y habilidades duraderas, los estudiantes no solo dominan la asignatura, sino que desarrollan una mentalidad curiosa y resiliente, esencial para enfrentar los retos de su trayectoria educativa. Estos recursos no solo abordan brechas académicas, sino que también fomentan la autonomía y la curiosidad intelectual.

Aunque la planificación es rigurosa, mantengo una actitud de observación constante. Los avances, retrocesos o nuevos intereses del estudiante son monitoreados mediante rúbricas cualitativas y feedback diálogo, permitiendo reorientar estrategias sin perder el norte pedagógico. Este equilibrio entre estructura y flexibilidad asegura que la enseñanza no solo responda a necesidades actuales, sino que también anticipe desafíos futuros.