María José Arenas Barrera

He dedicado buena parte de mi vida a observar el cuerpo y entender tanto su potencial como las trabas que le vamos poniendo.

La profundidad la poderosa cadena de músculos entrelazados que tenemos en la espalda, desde la base del cráneo hasta debajo de los pies. Creo que muchos de los males que nos aquejan vienen del exceso de tensión, acortamientos y contracciones de esa cadena. Mi apuesta por crear ejercicios que ayuden a alargarla, flexibilizarla y relajarla para que eventualmente todos los huesos, músculos, tendones y ligamentos vuelvan al lugar que les corresponde naturalmente.
Mi método se nutrió de diversas disciplinas, danza contemporánea, yoga, Kung Fu , pero sobre todo de mirar con extrema atención cómo nos movemos, caminamos, nos sentamos, nos paramos. Romper moldes y modelos para encontrar la respuesta en cada uno.
Es una pedagogía en el sentido de que entrega información sobre uno mismo.

Todo tiene una razón anatómica. Está dirigida a cada parte del cuerpo, a los pies, los hombros, los ojos, las mandíbulas, la espalda, el abdomen, el perineo, el diafragma, la columna, los omóplatos, las clavículas, pero al mismo tiempo al todo, a las conexiones, a las relaciones.
Todos los ejercicios son herramientas para tomar conciencia del cuerpo y de lo que nos puede decir sobre nuestra historia y nuestras emociones.
El cuerpo es maleable y hasta que uno no muere siempre existe la posibilidad de estar mejor. Lo que buscamos a través de los ejercicios es ser un poco más felices, más libres y autónomos.