Me formé en el piano clásico desde los 7 años en Cuba, hasta Licenciarme en el Instituto de Artes de La Habana. En ese punto yo estudiaba un promedio de 7 horas diarias y mi infancia y adolescencia habian estado un tanto en pausa por el nivel de exigencia que tenía la carrera, así que aunque continúe el estudio del piano, comencé a hacer teatro también, que fue mi manera de drenar y jugar. Finalm...
Me formé en el piano clásico desde los 7 años en Cuba, hasta Licenciarme en el Instituto de Artes de La Habana. En ese punto yo estudiaba un promedio de 7 horas diarias y mi infancia y adolescencia habian estado un tanto en pausa por el nivel de exigencia que tenía la carrera, así que aunque continúe el estudio del piano, comencé a hacer teatro también, que fue mi manera de drenar y jugar. Finalmente me formé como pianista y actriz,y realmente fue un viaje fascinante el de descubrir el lenguaje musical desde otro lugar. Tanto en Cuba y como en Chile me he manejado en ambas artes, y he descubierto el gran plus que es tener las herramientas imaginativas y sensibles de la actuación para impartir una clase de música.
La música es un lenguaje abstracto, mucho más abstracto que el teatro, y además tiene un componente matemático fundamental.
Para mi una clase de piano se debe primeramente al alumno, por lo tanto hay que empatizar y realmente entrar en su universo, hablar su lenguaje. Luego vemos que se necesita aprender, en qué nivel está, si es principiante o ya entiende y toca. Y luego vemos que gustos tiene, de qué manera hacemos su aprendizaje entretenido, didáctico, agradable, pero por supuesto, que también aprenda correctamente y avance. Todos los alumnos son diferentes, buscan diferentes cosas, pero los benficios del estudio de la música son inevitables y sorprendentes.
En estos 9 años de dar clases he tenido muchos alumnos, en su mayoría niños y adolescentes, ellos han sido mi mejor escuela y el aprendizaje ha sido mutuo.
Ofrezco una de prueba gratis.
Un saludo.
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