Mis clases están enfocadas en ser dinámicas, participativas y eficaces. Esta última competencia está centrada en desarrollar habilidades que muchas veces son olvidadas a la hora de enseñar, como la importancia de que el o la estudiante sienta seguridad sobre su propia capacidad de aprendizaje. Para esto, me parece fundamental que en la clase sea respetado el tiempo de comprensión del contenido de la materia. Busco lograr aquello entablando una comunicación efectiva entre tú, quien aprende, y yo, quien enseña.
Para poder lograr que la clase sea eficaz confío, en primer lugar, en que la materia que enseño es, hace muchos años, lo que me apasiona y a lo que me dedico por satisfacción y crecimiento personal. Por ello, creo que mi entusiasmo y mi gusto natural por esta disciplina se trasmite de un modo que contrasta la pesada idea de deber o de aburrimiento. Igualmente, trato de enfocarme en compartir mi conocimiento de la manera más amable posible, ya que creo que desde ese lugar, el cual no crea desafíos innecesarios, la complejidad del contenido de la asignatura es comprendida de manera más eficiente y sin temores al fracaso, o bien, manejando de la mejor manera posible la frustración.