Repetir curso es una situación complicada para cualquier alumno o alumna que se tenga que enfrentar a ella, no solo para él o ella, si no para sus padres o tutores, y es que supone un momento clave en su desarrollo personal y emocional como adolescente, y hay que estar muy atentos para brindarle todo el apoyo que va a necesitar en estos duros momentos.
Repetir curso supone todo un reto para el alumno y no solo no es garantía de aprobar, si no que puede suponer un punto de inflexión negativo en su carrera académica, y suponer una pérdida de ilusión y de ganas de estudiar.
Todo esto es una realidad, y está más relacionado con la estigmatización que se realiza hoy en día hacía los alumnos repetidores que con las consecuencias académicas reales. Y es que repetir curso no supone que el alumno sea un fracaso, que no se le den bien los estudios, o que no valga para estudiar. Hay muchísimos factores que pueden influir en el alumno y que pueden causar que se repita curso, muchos pueden no depender del propio alumno, y por tanto no son su responsabilidad, y los que si dependen de él pueden mejorarse y corregirse sin problema.
Repetir curso debe suponer una oportunidad para que se produzca un punto de inflexión en positivo para el alumno, un cambio en sus hábitos de estudio, en su forma de atender en clase, en su forma de afrontar los examenes, y, por que no, provocar una reflexión acerca de su futuro y sus objetivos en la vida.