Rafts o balsas lipídicas, agregados de esfingolípidos y colesterol

El tema de las balsas lipídicas dividió a la comunidad científica durante años, y aunque hoy en día hay suficiente evidencia que prueba la existencia de estas, son estructuras que rara vez se han observado, lo que sigue generando cierto escepticismo. Después de todo, cuando se trata de ciencia, hay que ver para creer.

Lo que se conoce hasta el momento es que son regiones de las membranas plasmáticas, compuestas por agregados fuertemente empaquetados de esfingolípidos con largas cadenas de ácidos grasos saturados y colesterol; lo cual tiene sentido, ya que desde el punto de vista físico-químico, esta configuración requiere un gasto energético mínimo. Las largas cadenas hidrocarbonadas hacen que estas regiones sobresalgan por encima de la membrana plasmática, dándoles esa apariencia de balsas en un océano.

Aunque su estructura básica está compuesta fundamentalmente por fosfolípidos y colesterol, pueden unirse diferentes proteínas, formando verdaderas especializaciones de membrana con una infinidad de funciones, muchas de las cuales aún son desconocidas. Entre las proteínas mejor estudiadas están: la flotilina, la proteína ligada a los esfingolípidos, la tirosina quinasa y las caveolinas.

Las balsas lipídicas que contienen caveolinas reciben el nombre de caveolas, y están presentes en una gran variedad de células, a saber: fibroblastos, adipocitos, células endoteliales, neumocitos tipo I, células epiteliales y células musculares lisas y estriadas. Al añadirse las caveolinas a los aglomerados de lípidos, inducen la invaginación de la membrana, formando una especie de cueva que sirve para la endocitosis; a dicho proceso se le conoce como endocitosis independiente del citoesqueleto.

Es bien sabido que las balsas lipídicas poseen diversas funciones, tales como el ensamblaje de proteínas de membrana, la regulación de propiedades locales, la inducción de cambios conformacionales en proteínas del plasmalema y además participan en la señalización celular. Por ejemplo, se ha demostrado que en linfocitos B activados se forman rafts lipídicos asociados a receptores de membrana, estructuras importantes para la respuesta inmunológica; asimismo, se sabe que algunos virus inducen la formación de balsas lipídicas para su anclaje durante el proceso de gemación viral.

En estudios más recientes, se describió cómo el factor endocrino sKL provoca la reorganización de balsas lipídicas, al unirse a gangliósidos con ácido siálico. Estas balsas lipídicas tienen que ver con la inhibición de la vía de transducción de señales IRSPI3KAKT. Esta regulación contribuye inhibiendo la proliferación de tumores y actúa además como un factor cardioprotector. Con lo anteriormente expuesto, se evidencia la importancia de estas estructuras para la Inmunología.

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