Las matemáticas han sido un dolor de cabeza para muchos desde que inician el periodo escolar y hasta incluso la edad adulta y laboral. El sufrimiento de tener que memorizar fórmulas y axiomas y luego aplicarlos a un conjunto de números que no tenemos idea si lo que nos resulta es correcto, nos genera un estrés enorme ya que en las ciencias exactas no existe la "argumentación": o está bien o está mal.
El modelo educativo
El modelo actual chileno se basa en resultados, concretos, realizables y medibles, es decir la famosa PRUEBA o EXAMEN. Para rendir una prueba se dispone de un tiempo determinado para responder una serie de preguntas con materias que se supone han sido enseñadas con antelación. El asunto es que, las matemáticas específicamente no disponen de mucha argumentación como lo sería una respuesta de Historia o Filosofía. Es una ciencia exacta y como tal, requiere respuestas exactas. Pero caemos en un problema fundamental, que nuestro lenguaje no es exacto, es interpretativo y por tanto las preguntas de los exámenes también lo son. No somos computadoras ni compiladores de un software, en cuyo caso, sí se definió un conjunto de instrucciones bien determinadas y claras que el ordenador puede entender y ejecutar. Dependerá mucho de nuestro "estado de ánimo" o nuestra "capacidad lectora" para entender correctamente el enunciado de un problema sin contar que después de eso, hay que resolver dicho problema. Bastará que estemos un poco idos y el resultado al que llegaremos será totalmente distinto al correcto.
Los profesores
Los educadores tienen una tarea titánica: Enseñar una ciencia exacta con un lenguaje inexacto e interpretativo. Luego de esto, estará en manos del profesor poner todo su talento para lograr traspasar su conocimiento a los alumnos de la forma más clara posible, hacer que entiendan los problemas, hacer que deduzcan cosas, hacer que piensen en la forma adecuada de resolver un problema dado y enseñar las herramientas que dispone la matemática para este propósito, pero, aquí caemos en un tema fundamental de la enseñanza: La motivación.
La motivación
La motivación tiene dos componentes: La capacidad del educador de "cautivar" o "seducir" a sus alumnos para captar su atención y por otro lado, la disposición del alumnos en recibir tales conocimientos. Claramente una conlleva a la otra, pero, a fin de cuentas, quien tiene la principal responsabilidad es el profesor sin duda. Es él quien tiene la RESPONSABILIDAD de hacer que sus alumnos se motiven con la materia, se encanten del conocimiento y vean la utilidad de lo que hacen en su vida cotidiana o en su futuro próximo. Gran parte de la desmotivación de alumnos en los ramos y por ende, el rechazo de los mismos, tiene que ver en un gran porcentaje en la capacidad del docente en Motivar a sus alumnos. La motivación lo es todo, el tono de voz, la expresión, el tema tratado, la dinámica, el problema que se representa, los medios audiovisuales auxiliares, los materiales, la participación, etc.
La materia
Ciertamente que hay materias más entretenidas que otras y las matemáticas suelen estar dentro de las NO entretenidas, pero hay que distinguir una cosa, el que la matemática sea compleja no quiere decir que no llegue a ser entretenida. Y el que llegue a ser entretenida depende de entender de buena forma los problemas, captar la esencia de lo que se busca resolver, explicarles el porqué de las cosas, de dónde provienen las fórmulas y cómo nacieron, esto les permite tener a mano las herramientas adecuadas y aplicar ese conocimiento para encontrar una solución. Es como un artesano que quiere dar forma a un tronco feo y tosco con un solo martillo, el resultado será horrible. Si ese mismo artesano cuenta con las herramientas adecuadas, la inspiración necesaria y el tiempo suficiente, podrá hacer de ese tronco una obra de arte y luego se sentirá orgulloso de su resultado. Con las matemáticas pasará lo mismo si disponemos de las herramientas correctas, la motivación adecuada y el tiempo justo.
¿Y qué hacemos entonces?
Ante tal panorama no nos queda más que propiciar un cambio principalmente en cómo se motiva a los alumnos. Enseñar es CAUTIVAR, es seducir, es encantar a los alumnos. Es mostrarles que lo que están haciendo lo podrán aplicar en algún problema... pero hay que mostrarle los problemas y las soluciones, hacer que piensen cómo se llega hasta ahí. Una ecuación es horrible si no entendemos su génesis. Explicar a los alumnos de dónde provienen las cosas, el por qué se usa un mecanismo y no otro, el por qué ese es el camino correcto para resolver un problema les da seguridad en sí mismos, les da argumentos para debatir, los empodera del conocimiento y los motiva a interiorizarse más... les despierta la sed del conocimiento.