CINCO PUNTOS CLAVE PARA OFRECER CLASES DE ÉXITO: 2. INCENTIVO SENSITIVO

Desde que iniciamos nuestra andadura como estudiantes y, en todos los niveles por los que pasamos (escuela, instituto, universidad, etc.), nos transmiten el mensaje de que para triunfar en los estudios hay que hacer codos. Tratan de convencernos afirmando que la vida es así y hay que pagar un precio. En este bloque de entradas exponiendo cinco hábitos que todo buen docente debe interiorizar para demostrar a sus alumnos que esta creencia es falsa. Hemos expuesto en la entrada anterior el primer punto, la tranquilidad. En estas líneas haremos una breve exposición del incentivo sensitivo.

INCENTIVO SENSITIVO

Hemos hablado como el origen de la tranquilidad viene del trato de nuestros familiares cuando somos pequeño. De nuevo, los padres y seres que rodean al niño, no solamente lo relajan, sino que también lo estimulan emocionalmente. Constantemente le están dedicando muestras de afecto y admiración. Diariamente el niño recibe expresiones del tipo.

  • Que guapo es mi niño.
  • Que bien hace esto o aquello mi pequeño campeón.
  • Me lo como cuando me sonríe o me mira con esos ojazos.
  • etc.

El niño está siempre maximizado. Constantemente los adultos le están poniendo las pilas al niño, y este se encuentra emocionado.

Comparemos esto con la enseñanza tradicional de cualquier materia.

  • ¿Qué estás haciendo ahora? Logaritmos neperianos (sonido de bostezo).
  • ¿Qué toca cuando acabe el recreo? Vocabulario con la de inglés (cara de agobio).
  • ¿Qué había para hoy? Corregir los ejercicios de formulación (expresión de estrés).
  • etc.

Y seguro que, mientras leías estas expresiones, casi sin darte cuenta te has visualizado a ti mismo con 13 años mirando constantemente el reloj y pidiéndole a dios que hiciera pasar el tiempo más rápido para que finalizara semejante tortura.

No es que nuestros padres y profesores no tuvieran entonces parte de razón al tacharnos de vagos. Un poco vagos sí que éramos. Pero esas ese comportamiento era más natural de lo que ellos pensaban. Y la culpa no era cien por cien tuya, sino del sistema educativo.

Ejercicios aburridos, temas aburridos, cosas que no te interesan, etc. Y tu mete inconsciente inmediatamente produce la orden de cerrar compuertas. Como si de un hastag se tratara, se etiquetan esos temas como información no relevante. Información no relevante para ti, información no relevante para la supervivencia, información no relevante para la procreación. Y, por mucho que te esfuerces, por mucho café que tomes, el cerebro se cierra como una almeja y ahí ya no entra nada.

BIEN, ¿Y COMO INCENTIVAMOS A LOS ALUMNOS?

También he explicado ya que las áreas de mejora se encuentran en nuestro sistema educativo. Por eso cada vez hay más gente que busca el camino del éxito fuera de la vida académica. Parte del incremento de youtubers, traders, etc. se debe a que la sociedad se está dando cuenta de que los conceptos estudio y éxito ya no van tan ligados como en los años 80 y 90.

De nada sirve esto hasta que no sean quienes tienen influencia en el sistema educativo los que se den cuenta. El temario es el que es y los docentes apenas tenemos margen de maniobra. Pero eso no quiere decir que dicho margen sea nulo.

La solución está en convertir aquella información que tu alumno te presenta como algo irrelevante que debe memorizar para aprobar el algo relevante para su supervivencia. El cerebro de los jóvenes está diseñado para reaccionar, para motivarse, para estimularse con todo aquello que es relevante en su vida.

Algunos ejemplos:

  • ¿Quieres que me cambie de compañía de teléfonos? No me expliques que sois una compañía líder en el mercado y dime cuanto me voy a ahorrar al año.
  • ¿Quieres venderme un complejo vitamínico? No me digas en que laboratorio lo diseñaron y cuéntame cuantos años de vida puede alargarme.
  • ¿No quieres que tu hijo fume? Olvídate del cáncer de pulmón o el precio del tabaco y explícale como los cigarrillos pueden impedirle entrar en el equipo de baloncesto.

La teoría es así de sencilla.

  1. ¿Qué le interesa a mi alumno?
  2. ¿Cómo puedo trasladar la asignatura a ese terreno de interés suyo?

¿Has pensado en explicar los problemas de tiro parabólico con lanzamientos a puerta de sus futbolistas preferidos? Seguro que le despierta más la curiosidad que si lo haces con ejercicios de cuerpos celestes.

¿Y si luego tienes que darle clases de probabilidad? Puedes coger los datos del tiro parabólico y enseñarle a calcular quien de sus jugadores es más probable que marque un gol.

¿Y cuando llegue el tema de estadística? Puedes pedirle que te prepare una tabla de frecuencias de los enfrentamientos anteriores de los equipos del que juegan el próximo sábado. ¿Sabes que las páginas de apuestas se basan en estas estadísticas? Puedes explicarle como mejorarlas, o buscar fallos estadísticos en la sección de deportes del periódico, o animarle a crear su propia web de información para apuestas deportivas.

También es muy probable que al alumno le guste la programación. ¿Y si le animas a crear un algoritmo que resuelva derivadas? No podrá hacerlo sin aprenderse las tablas de derivadas, pero tendrá un incentivo para hacerlo.

CONCLUYENDO

Creo que la idea queda muy clara. Ya sé que estas ideas requieren creatividad, tiempo y preparación de las clases. Pero afrontémoslo, un profesor desmotivado devolverá alumnos desmotivados. Últimamente frecuento muchos foros de profesores y la filosofía del "porque yo lo valgo" está cada vez más extendida.

  • Que si deberían pagarnos más.
  • Que si el convenio no valora nuestro trabajo.
  • Que si por seguridad quiero que me paguen por adelantado aunque aún no conocen mi trabajo.

Ese no es el camino.

  1. Incentívate a ti mismo (o cambia de profesión).
  2. Prepara cada clase como si fuera la oposición más importante de tu vida. No te ciñas a los ejercicios de su examen.
  3. Incentiva a tus alumnos.

Sigue estos tres pasos y, cuando la voz se corra, recibirás tantas llamadas que desaparecerá el problema del precio y la valoración. Sus padres estarán dispuestos a pagar lo que sea para que pases un rato con sus hijos. Lo digo por experiencia.

Estos métodos en el sistema educativo brillan por su ausencia. No encuentran la forma de que nuestro cerebro relacione sus materiales con algo trascendente. La mente absorbe mejor el conocimiento cuando esta relajada y estimulada. Dos cosas que podrás conseguir en tus clases a partir de ahora. Y dichas clases mejoraran más aun cuando leas la siguiente entrada, donde comentaremos la importancia de entender antes que estudiar.

Esto es todo. Espero vuestros comentarios, vuestras aportaciones y vuestras estrategias para motivar a los alumnos. Estoy seguro de que la comunidad de profesores lo agradecerá.